La inflamación es un proceso que ayuda al cuerpo a defenderse haciendo frente a daños. Es un mecanismo que se pone en marcha para la reconstrucción y cuando la reparación finaliza, se activan los procesos anti-inflamatorios. Esto es la inflamación aguda y es necesaria.
Cuando este proceso inflamatorio se mantiene activo y se cronifica, desaparece la hinchazón, el enrojecimiento propio de la inflamación aguda pero el sistema sigue en alerta constante. Esta situación se conoce como inflamación sistémica de grado bajo, daña al organismo y se puede manifestar de muchas formas: dolor articular, dolor de cabeza, hipertensión, alteración a nivel inmunológico, etc.
Las causas son sedentarismo, tener un tejido graso > a 33% en mujeres o >25% en hombres, estrés crónico, tóxicos como el alcohol, el tabaco o tóxicos ambientales, la alteración de los ritmos circadianos y la alimentación.
Lo que comemos puede desempeñar un papel positivo, pero también negativo, en el control de la inflamación crónica. Los alimentos que elegimos comer pueden luchar contra la inflamación (antiinflamatorios) o desencadenar una respuesta inflamatoria (proinflamatorios). La dieta antiinflamatoria se fundamenta en priorizar los primeros y evitar estos últimos.
Tú eliges qué comer. 10 consejos para que tu alimentación sea antiinflamatoria:
- Alimentos frescos, naturales, mínimamente procesados.
- Toma al menos 3 piezas de fruta de temporada al día. Dependiendo de tu caso será conveniente con las comidas o entre horas.
- Consume hortalizas en comida y cena, 7 días a la semana. Teniendo presenta semanalmente las crucíferas.
- Tus alimentos derivados de cereales deben ser integrales: arroz, quínoa, amaranto, trigo sarraceno, avena
- Haz sitio a los frutos secos tostados o naturales, sin sal añadida.
- Utiliza Aceite de Oliva Virgen Extra para todo.
- Planifica al menos 3 días a la semana legumbres, sin carne, sin huevo, sin pescado. La legumbre se basta sola.
- Incluye pescados azules en tu alimentación – sardinas, caballa, anchoas, boquerones, salmón, atún, bonito, palometa, …-
- Cocina con gusto: muchas hierbas aromáticas y especias poseen propiedades antiinflamatorias. Le romero, la cúrcuma, el jengibre, el laurel, el clavo, … No son cantidades apreciables a corto plazo, pero darán gusto a tus platos y sumarán en el impacto antiinflamatorio.
- La mejor bebida es el agua, y si te decantas por alguna infusión una buena opción es el té verde.
Es más fácil seguir una dieta saludable cuando tienes un plan. Empieza a organizarte con la ayuda de un dietista-nutricionista.