“Los niños no son adultos en pequeño”. Es una frase con la que si no me equivoco empezaba un libro de ortopedia infantil, que leí hace ya unos cuantos años. Es una afirmación obvia, tanto como lo es que a veces resulta difícil cambiar el conocimiento que tenemos los padres sobre nuestros hijos.
Estamos acostumbrados a llevar a nuestros hijos al pediatra, ya que son médicos especializados en las dolencias infantiles. Pero a la hora de tratar las lesiones, los huesos y articulaciones de los niños son diferentes a los de los adultos. No únicamente porque tienen un cartílago de crecimiento, sino porque pueden padecer lesiones o enfermedades específicas propias de su edad que en el adulto no aparecen. Por eso existen los ortopedas infantiles, especializados en problemas ortopédicos en los niños.
No quiero entrar en más explicaciones sobre este tema, pero me preocupa ver cada vez más en nuestro Centro -especializado en traumatología deportiva y terapias bioregenerativas- lesiones en niños -muchas veces graves- relacionadas con la práctica deportiva.
A los niños no se les puede exigir lo mismo que a un adulto. Y no solo en al ámbito deportivo, sino también en cuanto a lo fisiológico y biomecánico de sus huesos y de sus articulaciones. Me entristece ver en la consulta niños con 13 años con rupturas completas de ligamento cruzado anterior, rupturas meniscales, etc. que requerirán cirugía en muchos casos.
Otro tema son todas las lesiones derivadas del sobreuso de los tendones y articulaciones que veo en niños, mas allá de las llamadas osteocondritis como (Sever , Osgood-Slater) propias de la edad, todo tipo de tendinopatías, rupturas fibrilares, más propias del adulto que tiene no solamente repercusión física sino también psicológica en nuestros hijos.
Entiendo que los entrenadores tendrían que estar también especializados en trabajar con niños. El deporte como un juego, un desarrollador de capacidades, sin objetivos competitivos en principio para que en la época adolescente empiecen a competir si les apetece. El trabajo de mejora en la tecnificación y de fuerza es fundamental en estos niños para poder trabajar con garantías de no provocar lesiones.
En resumen, piensen que nuestros niños no son adultos en pequeño. Que cualquier disciplina deportiva tiene que estar adaptada a ellos, y el objetivo del deporte en los niños es jugar. No ganar. Así, haremos de ellos deportistas adultos libres de lesiones y personas felices.
Dr. José Miguel Catalán
Director de Catalán Trauma